Cuando María Magdalena, la viuda de Jesús, tuvo a su hija allá por Afganistán, donde se había refugiado, Dios le dio por regalo a su nieta un ejemplar de la planta del jardín del Edén, diciéndole que con ella podría fabricar ropas, instrumentos manuales, e incluso obtener alimento. La planta fue entonces bautizada como María Juana, que era el nombre de la hija de Jesús y María Magdalena. La pronunciación de los lugareños derivó en el nombre Marihuana, que es con el que se le conoce actualmente. El Corán, libro sagrado de los musulmanes, prohíbe el consumo del alcohol pero fomenta el consumo del kef, que no es otra cosa que la flor seca de la planta de cáñamo. Mahoma, que era comerciante, cultivaba y vendía esta planta y sus productos a muy buen precio, por lo que agradecía a Alá todas las tardes, fumando marihuana hasta que caía de rodillas con la cabeza apuntando hacia la Meca, lo cual también quedó registrado como obligatorio en el Corán. La planta fue traída a América en forma de semillas para producir fibra de cáñamo, con la cual se fabricaban alpargatas, sandalias y otros pertrechos. No fue hasta que vino la prohibición que fue empezada a ser utilizada en estas latitudes como enteógeno (pues es muy cierto que si quieres asegurarte de que algo sea hecho, prohíbelo). Desde la prohibición ha ido aumentando el consumo de marihuana, por lo que la mejor manera de disminuir su consumo sería precisamente el legalizarlo, para así, por lo menos, cobrar impuestos por la actividad y dedicar ese dinero a los centros de rehabilitación de adictos a drogas duras como el tabaco, la cocaína, la televisión o la pornografía.
Actualidad [editar]
Este chino fuma marihuana hasta que le quedan redondos los ojos...
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